El cerebro recuerda mejor dónde encontrar alimentos ricos en calorías que bajos en ellas
Desde la prehistoria, los humanos utilizamos nuestra memoria espacial para recordar dónde se encuentran aquellos alimentos que nos proporcionan un gran aporte energético. Un estudio realizado por Universidad y Centro de Investigación de Wageningen en los Países Bajos lanzó un experimento en el que participaron 512 voluntarios. En este experimento, se guió a los participantes mediante diferentes circuitos. Al final de cada circuito había diferentes muestras de alimentos (cuatro altos de alto contenido calórico y cuatro de bajo). Tras esto, se les llevó al punto de inicio y se les pidió que llegaran a cada uno de los alimentos. Todos ellos llegaron con más facilidad a la comida alta en calorías.
Esta es una característica muy útil para nuestros antepasados, que tenían una esperanza de vida tan corta que era físicamente imposible que desarrollasen enfermedades como la diabetes. Sin embargo, hoy en día esto puede llegar a ser un grave problema ya hoy en día hay muchos más productos refinados, que se pueden adquirir a bajo coste en cualquier lugar; lo que contribuye al desarrollo de este tipo de enfermedades.
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